miércoles, 4 de marzo de 2015

AYAX BARNES, LA LÍNEA DE UN DIBUJANTE.


Un par de semanas atrás escribí una entrada donde, a partir del cuestionamiento del por qué los argentinos son tan buenos para contar historias, reseñaba tres novelas gráficas que había leído recientemente. Hoy retomo este aspecto hablando de otra autor argentino.

Hace aproximadamente dos años, por mera casualidad, encontré una enciclopedia infantil de coloridos volúmenes, impecable diseño editorial e increíbles ilustraciones. El nombre; El Quilet de los Niños. Sin pensarlo mucho la compré, por el gusto de apreciar sus ilustraciones más que su contenido. Aquellos libros estaban ilustrados por tres dibujantes: Oski, Enrrique Breccia (hijo de Ablerto) y Ayax Barnes.


Las ilustraciones de este último fueron las que me impresionaron más. La simplicidad en sus trazos, el uso del color, las texturas, las composiciones. Todo cargado de una atmosfera infantil y a la vez madura, un adulto que dibuja con la imaginación de un niño.

Investigando sobre aquellos 6 volúmenes supe que, sin saberlo, me había hecho de un tesoro; un tesoro de la literatura infantil argentina. El Quilet de los Niños se editó en 1970 y hoy por hoy hablar del Quilet, es sinónimo de nostalgia para todo argentino alrededor de los 60 años. 


La semana pasada, caminando por un mercado callejero me encontré otros tres libros ilustrados por Ayax, en colaboración con su esposa, la autora Beatriz Doumerc. Juntos, Ayax y Beatriz concibieron una gran cantidad de libros para niños, los cuales les valieron reconocimiento, premios, persecución y, como el caso de muchos autores argentinos; exilio.

¨La línea¨, ¨Un pueblo que  no quería ser gris¨, ¨Un elefante ocupa mucho espacio¨, todos ellos libros editados durante las vísperas del golpe y dictadura militar (1976) en la argentina. Los valores de libertad, humanidad y la dignidad que los libros presentaban, fueron vistos como un peligro por un régimen castrante y autritario. Por lo que Ayax y Beatriz se marcharon a Italia y después a Barcelona, donde siguieron haciendo libros hasta el día de su muerte.

Hoy quería hacerle esta pequeña reseña al trabajo de Barnes, un maestro de la línea, que como bien lo escribió Beatriz, una línea es una sucesión de puntos, la historia es sucesión de hechos, los puntos hacen la línea y los hombres hacen la historia.  

En este enlace se puede leer una reseña muy completa sobre el trabajo de Ayax: Imaginaria (Revista sobre literatura infantil).

Ayax en Italia:



La Línea (Buenos Aires, Granica Editor, 1975).


El pueblo que no quería ser gris (Buenos Aires, Rompan Fila, 1975)

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